Relaciones familiares

Relaciones Familiares

Sanando Vínculos y Fortaleciendo la Armonía en la Familia

La importancia de las relaciones familiares para el bienestar emocional

Si hay algo que todas las personas tenemos en común es que todos somos hijos. Puede que muchas personas no hayan podido conocer a sus padres, pero si estamos aquí es porque todos somos hij@s de alguien.

Además, muchos tenemos hermanos, abuelos e hijos. En definitiva, todos tenemos familia, más allá de cómo se hayan organizado los vínculos. 

La familia, por lo tanto, es el tema universal por excelencia que a todos nos implica. 

Es el sustrato en el que nos conformamos. Nuestra relación con la familia va a determinar nuestra relación con el mundo y con la vida. Por lo tanto, sanar y ordenar nuestras relaciones familiares es el motor que nos va abrir el camino hacia una buena vida.

De la coraza a la consciencia

Por muchas corazas que nos pongamos, los problemas familiares son una fuente de malestar emocional con mayor influencia en nuestra vida de lo que puedas imaginar. Las personas en general no somos conscientes de la relevancia que tienen las cargas y los vínculos familiares y como estas influye en nuestras vidas.

Por difíciles o dolorosas que estas sean, está en nuestra mano ordenar nuestras relaciones familiares y responsabilizarnos de nuestra parcela individual con el mayor nivel de consciencia posible.

Cuando hemos sufrido heridas en nuestras relaciones familiares, por muchas corazas que nos pongamos, en lo profundo de nosotros existe un espacio muy vulnerable que debe ser atendido y reparado.

Servicios de Terapia Familiar

El trabajo de terapia familiar puede ser abordado principalmente, de tres maneras diferentes:

  1. Trabajo individual. 
  2. Trabajo de algunas partes de la familia
  3. Trabajo de todo el sistema familiar

 

A) Trabajo individual: Si tienes un problema recurrente con tus padres, hermanos, hijos, etc. y deseas solucionarlo, pero por ti mism@ te resulta demasiado cuesta arriba, te puede resultar de gran ayuda iniciar un proceso de desarrollo personal para realizar los cambios que necesitas.

B) Algunas partes de la familia: Si dos o más integrantes de la familia están dispuestos a abrirse y cooperar en un espacio de acompañamiento para supervisar y solucionar esos conflictos o situaciones difíciles que se están dando entre ellos será de gran utilidad hacerlo en conjunto. 

Para ello nos podemos ver en consulta o a través de videoconferencia en formato online. Esta última opción resulta muy cómoda cuando se trata de varios participantes a la hora de cuadrar horarios y agendas porque permite que cada uno pueda estar haciendo el trabajo desde su casa.  

C) Todo el sistema familiar: Esta opción, es la menos usual y la más revolucionaria. Consiste en que el terapeuta va a la casa de la familia y trabaja con la familia en su propio hogar. 

Se puede tratar de unas horas, de un día o de un fin de semana de inmersión terapéutica de toda la familia abordando y asumiendo los conflictos no resueltos de mano de un profesional. 

Esta opción transforma a las familias. Al final de la página puedes leer un testimonio real de una mujer que narra en primera persona su experiencia con este formato. 

Enfoque Terapéutico

Junto a las herramientas de la Psicología Transpersonal, gran parte del tipo de abordaje en el área del trabajo familia es de base sistémica. 

La terapia sistémica nace con Bert Hellinger, creador de las constelaciones familiares, y nos invita reparar, reconciliar y ordenar nuestras relaciones familiares. 

Parte del trabajo está dirigido hacia la mejora de la comunicación afectiva, la comprensión mutua dentro de la familia y el desarrollo de nuevos recursos dentro del sistema que permitan un diseño familiar sano y saludable.

Objetivos

-Desarrollar la capacidad de aceptar a los padres y darles un buen lugar en nuestros corazones

-Que cada uno pueda tener y ocupar su propio lugar dentro del sistema familiar 

-Que se pueda liberar los secretos y la pesada carga que suponen en la conciencia de la familia

-En definitiva, que se desarrollen aspectos sensibles como la aceptación, la inclusión, el perdón, la empatía, el diálogo, la comprensión, la tolerancia, el amor, el respeto y algo muy importante: los límites.

¿Cuándo Buscar Terapia Familiar?

– Cuando vivimos enfadados con nuestros familiares, albergando resentimiento y rencor.

– Cuando rechazamos a un padre o a una madre. O ambos.

– Cuando rompemos los lazos con nuestros hermanos. 

– Cuando negamos la pertenencia a nuestra familia a algún otro integrante del sistema familiar.

– Cuando no somos capaces de expresar como nos sentimos. 

– Cuando no sabemos decir “te quiero” o no llegamos a sentir ese amor dentro de nosotros.

– Cuando hay disputas dentro de la familia que no se saben conciliar. 

– Cuando nos auto-exiliamos de nuestras familias. 

– Cuando uno se avergüenza de su origen.

– Cuando hay algo o alguien que está haciendo daño a la familia.

– Cuando sigues un guion de vida que no es el tuyo si no el de tu sistema familiar.

– Cuando por amor ciego no te escuchas a ti mismo para ser fiel a los tuyos. 

– Cuando das sin control, ni límites.

– Cuando no sabes agradecer ni reconocer a los demás.

– Cuando no te sientes reconocido, a.

– Cuando el orgullo te puede.

– Cuando hay/hubo violencia. 

– Cuando hay/hubo una adicción.

– Cuando hay/hubo abuso.

– Cuando hay una separación en la familia. Ya sea un divorcio o una familia que se separa por cuestiones de trabajo o emigración, etc.

– Cuando hay abortos invisibilizados o sin hacer el duelo.

– Cuando hay pérdidas, muertes o sucesos trágicos que han dejado una huella traumática.

 

En general hay muchas situaciones en las que es de vital importancia abordar los problemas familiares antes de que se vuelvan más complejos. Son situaciones que trae la vida y en las que hay que poner consciencia y que conviene que trabajar.

Construyendo una vida Saludable

No existen las familias perfectas, la vida está llena de desafíos que afectan a todas las casas por igual. A la vida no le importa que seas rico, que seas pobre, no le importa tu color de piel ni tu orientación sexual. La vida es la vida y es igual para todos. 

Como se suele decir… “En todas las casas se cuecen habas”

Toca ser realistas y asumir que no existe la imagen ideal que nos gustaría proyectar o vivir. Pero después de estar crisis de realismo podemos dar un paso hacia la construcción de una vida saludable, renunciar a la imagen romántica a la que nos aferrábamos y tomar la responsabilidad de lo que hay sin buscar culpables. Simplemente asintiendo a la vida tal y como es y decidiendo hacer algo constructivo con aquello que nos está dando. 

Asumir esta capacidad y dar este paso es uno de los mayores desafíos ante los que una persona se puede encontrar a lo largo de su vida y supone un verdadero salto de madurez y crecimiento personal que tiene como resultado no solo una vida familiar mas plena si no una vida mas plena en todas las demás facetas.

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Si deseas iniciar un proceso terapéutico para abordar tus dinámicas familiares será un placer poder acompañarte en este tramo de camino. Seguro que marcará un antes y un después.

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Testimonios

“Cerré los ojos y respiré profundo, intentando limpiar mi mente de tanto ruido acumulado, y busqué en mi interior un espacio de silencio. 

No estaba sola. Mis seres queridos, los más cercanos, los más amados, estaban en el mismo barco. Habíamos decidido apartarnos unos días de nuestra vida habitual para emprender juntos un camino peculiar, el de abrir las corazas, desenmascarar nuestros personajes y ser capaces de mostrarnos vulnerables y desnudos ante los otros. Y sentir… solo sentir qué sucedía allí. Fue un viaje al corazón que no nos hubiéramos imaginado nunca.

Mis hijos y mi marido necesitaban restablecer un orden perdido y necesario para avanzar, relajar las tensiones y conectar de nuevo con los que se habían alejado, a veces tanto, que ya ni se veían.

Gracias las técnicas de meditación, pusimos durante tres días toda la atención en el cuerpo para poder conectar con nuestras emociones más escondidas, pudimos así aprender a dejar que los pensamientos pasaran, como nubes negras en las noches ventosas de luna llena.

Entre las herramientas terapéuticas hubo de todo, meditación, movimiento, expresión, y un montón de dinámicas que el terapeuta se sacaba de la chistera como un mago. 

Sentí que de alguna manera atravesamos muchas barreras para llegar a mostrarnos sin juicios, dejando salir las emociones como ellas quisieran, solitarias, revueltas, opuestas, encadenadas. La intensidad no permitía dudas, era absoluta elocuencia, se generó una energía arrolladora que penetró a todos.

Poco a poco bajaron la intensidad para entrar en un mundo más sereno, más calmo, analítico. 

En una dinámica terapéutica nos colocamos de pie en la posición que creíamos tener en el sistema familiar, cada uno fue dando su versión y fue muy bonito ver como se sentían todos. Después fuimos aportándonos para mejorar para el futuro.

 Siempre me acordaré de esos momentos en los que nos miramos a los ojos sin reproches, cada uno viéndose y sintiéndose y dejando al descubierto todas nuestros miedos y anhelos, de manera que nada importante quedara sin decirse y que todo sufrimiento pasado o presente fuese escuchado y curado por el perdón y la aceptación. La entrega fue incondicional.¡

Este trabajo se intercalaba con rondas de explicaciones del terapeuta, con opiniones, preguntas y aclaraciones de los participantes. Recordaron a los ancestros, sus bondades, sus influencias y sus intrincaciones, y todo el respeto y el amor que les era debido. El terapeuta estableció reglas de escucha y de silencios, de forma que cada uno pudiese sentir las palabras pronunciadas, asimilarlas y responder en lugar de reaccionar a ellas.

El trabajo era intenso, de una gran potencia, dejando que fluyera lo que quisiera salir… y se asombraron al ver representada su historia familiar. “Una lección de sanación magistral”, dijo mi marido que al principio era el más reacio y escéptico a hacer una terapia familiar y acabo absolutamente entregado.

Ya solo quedaba la despedida y resultó ser el mayor tesoro, el regalo de saber escuchar, silente, todo lo mejor que cada uno despertaba en los demás y desbordarse de amor y agradecimiento. Lo que allí se vio o se escuchó fueron unos seres humanos sabios y buenos, tiernos, libres, sinceros, ilusionados y entregados, elocuentes, justos, humildes, asombrados, y llenos de gratitud.

Y todos en algún momento, pudieron sentir la pertenencia al gran árbol centenario, un cierto roble, bien enraizado que da cobijo a todas las generaciones de su linaje. De su tronco crecen ramas muy diferentes: robustas, finas, rectas, y torcidas, grandes y pequeñas, mínimas y todas juntas, todas conforman su belleza

Este testimonio que acabas de leer es absolutamente real y pertenece a Verónica V.

Se trata del relato sincero que escribió después de un retiro de tres días de terapia familiar en su casa de campo en la sierra de Madrid, con su marido y sus tres hijos varones. Verónica tuvo la enorme cortesía y gentileza de escribirlo y donarlo para ayudar a motivar a otras personas con sus familias para que puedan llegar a vivir la misma experiencia que ella vivió.

¿Estás listo para dar el primer paso hacia una vida familiar y personal más saludable? Contáctame hoy mismo y comencemos juntos este viaje hacia el bienestar emocional y la armonía en tu familia. Juntos podemos sanar vínculos, fortalecer la comunicación y construir relaciones familiares más sólidas y satisfactorias. Tu futuro y el de tu familia comienza ahora.