Duelos

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Afrontando Pérdidas: Apoyo Terapéutico para Superar Duelos

Los duelos son procesos internos

El duelo es un periodo de enfrentamiento y adaptación a una nueva realidad tras una pérdida. 

El duelo en realidad es una despedida y la habilidad para transitarlo tiene que ver con la capacidad propia para abrir el corazón y asentir a la vida sin dramatizar los hechos, si no acogiéndolos y aceptándolos totalmente. 

Vivir un duelo es un proceso duro pero lleno de crecimiento si nos abrimos a vivirlo naturalmente. Si por el contrario, nos resistimos y tratamos de evitar afrontar el dolor de una pérdida, ruptura o cambio de ciclo, por lo general existen unas consecuencias que a nivel emocional acaban pasando factura. 

Por lo tanto, conviene saber transitar y afrontar un duelo para salir de él más fortalecido.

Los duelos son procesos emocionales y por lo tanto hay que tratarlos desde el punto de vista emocional. Hablar del manejo del duelo es hablar del manejo del dolor.

Poder abrazar el dolor y mirar ese dolor como algo natural y necesario forma parte de la sanación de las heridas de una pérdida. 

Antes nombramos que un duelo no realizado puede ocasionar consecuencias a corto y largo plazo en el plano emocional. Te voy a citar dos casos que se suelen ver a menudo: 

  1. Podemos quedarnos en la fase de negación (se produce en la primera etapa del duelo y supone un fuerte rechazo a asumir la nueva realidad) y de esta manera quedarnos atascados en ese suceso del pasado sin poder pasar página verdaderamente.  
  2. Puede ser que ante la pérdida aparezca una profunda sensación de tristeza o ira, y quieras evitarlas. Entonces hacemos algo a nivel inconsciente: “cerramos el grifo de las emociones”. Así nos evitamos el dolor. Pero pagamos el precio de quedarnos bloqueados emocionalmente, de quedarnos “congelados”. Por que “cuando cerramos un grifo, los cerramos todos”. 

Si estás o has estado en un duelo y a partir de ahí no has vuelto a llorar, o notas que desde entonces te cuesta más llorar, como si algo se hubiera enfriado. O por el contrario te cuesta más sentir amor, ternura. O simplemente sensibilizarte y emocionarte en general. 

Si te estás sintiendo reconocido/a te recomendamos ponerte manos a la obra con tu mundo emocional para desarmar tu coraza y poder escoger tu libremente cuando te la quieres poner y cuando te la quieres quitar.

Si estás atravesando un duelo tienes ante ti una buena oportunidad para hacer un recorrido hacia la aceptación y hacia la apertura del corazón.

El Proceso de Duelo

El duelo posibilita ajustarnos a la nueva modalidad en la que esa persona u objeto de nuestra pérdida ya no está. El duelo es un proceso liberador. Si podemos vivir nuestro sufrimiento, si encontramos la comprensión y la compasión que necesitamos, entonces algún día sentiremos que somos capaces de recuperar la persona que antes fuimos, al tiempo que añadimos la apertura y maduración que conllevan tales experiencias.

FASES DEL DUELO

  • NEGACIÓN: La primera fase es incredulidad, vacío y dolor insoportable. En esta fase no queremos aceptar la nueva realidad y la vivimos con rechazo a través de emociones.

Muchas veces, el impacto es un shock y ante la amenaza de desbordamiento emocional respondemos bloqueándonos y con congelamiento emocional. Nos anestesiamos para no sentir.

-“No puede ser”, “no puede ser cierto”…

Los acontecimientos a menudo se viven de forma difuminada. la intensidad de los sentimientos impide que nos demos cuenta del significado total de la pérdida, hasta que estemos preparados para hacerlo. 

  • IRA. En esta fase son característicos los sentimientos de rabia y resentimiento, así como la búsqueda de responsables o culpables. La ira aparece ante la frustración de que la muerte es irreversible, de que no hay solución posible y se puede proyectar esa rabia hacia el entorno, incluidas otras personas allegadas. Nuevas emociones emergen, como indignación, ofensa, traición, angustia, miedo o ira.

-“Cómo se atreve”, “esto no va a quedar asi”, “ te odio”…

  • NEGOCIACIÓN: En esta fase las personas fantasean con la idea de que se puede revertir o cambiar el hecho de la muerte.

-“¿Qué habría pasado si…?” o pensar en estrategias que habrían evitado el resultado final, como “¿y si hubiera hecho esto o lo otro?” “¿y si..?”…

  • DEPRESIÓN: La tristeza profunda y la sensación de vacío son características de esta fase, cuyo nombre no se refiere a una depresión clínica, como un problema de salud mental, sino a un conjunto de emociones vinculadas a la tristeza naturales ante la pérdida de un ser querido. 

Algunas personas pueden sentir que no tienen incentivos para continuar viviendo en su día a día sin la persona que murió y pueden aislarse de su entorno.

-“ mi vida sin x no tiene sentido”, “que va a ser de mi”, “fue por mi culpa”, ”nunca nada va a ser igual”. 

Esta fase conlleva un principio de aceptación. Se es capaz de escuchar lo que servirá para aliviar el dolor y también se pueden compartir experiencias similares como, por ejemplo, en un grupo de apoyo. 

  • ACEPTACIÓN: Una vez aceptada la pérdida, las personas en duelo aprenden a convivir con su dolor emocional en un mundo en el que el ser querido ya no está. Con el tiempo recuperan su capacidad de experimentar alegría y placer.

-“Aquello fue inevitable”, “tuvo que ser así”, “es parte de la vida”, “me he llevado un montón de cosas buenas”. 

En la quinta fase, el proceso de aceptación madura, procediendo a transformar la pérdida. El vacío comienza a llenarse una vez más con vida y estamos dispuestos a dejar de sufrir. 

En esta fase, podemos redescubrir el valor de los pequeños placeres. Este es un paso importante, ya que significa la superación de la culpabilidad. Este aspecto nos llevará a establecer contacto una vez más, con la abundancia de la vida. 

NOTA: Según los expertos las personas no pasan necesariamente por todas estas etapas ni en ese orden específico, así que el duelo se puede manifestar de distintas maneras y en momentos diferentes para cada persona.

ENFOQUE TERAPEUTICO

Sentirlo para sanarlo

Con todo esto, no tengas miedo si estás en un duelo. Simplemente se trata de que tengas en cuenta que el dolor es natural y TOCA sentirlo. Evitarlo solo lo atasca.

Normalmente el dolor, hasta que lo sentimos no se va. Muchas veces se queda almacenado en nuestro cuerpo o en nuestro inconsciente a la espera de ser sentido mas adelante, para poder ser liberado.

Eso sí, el dolor hay que aprender a sentirlo. Para esto es muy enriquecedor iniciar un proceso terapéutico: Para recibir educación emocional. Con herramientas para reconocer, gestionar, expresar, comunicar y procesar tus emociones. Sin esto es como dar palos de ciego. No solo en un duelo, en general.

¿A que nos referimos con aprender a sentir el dolor?

El dolor, es físico y emocional. Se siente en el cuerpo. Es natural e inevitable. Abrirse a sentirlo nos ayuda a crecer y madurar como personas.

El sufrimiento es psicológico. No se siente, se piensa. Es decir, se manifiesta en la mente. Es innecesario. Alimentarlo no ayuda a crecer y nos mantiene en el pasado. 

El sufrimiento es lo que sucede cuando con tus pensamientos dramatizas el dolor. El sufrimiento, por lo tanto, son tus rumiaciones mentales. 

Cuando hablamos de sentir el dolor nos referimos a bajar de la mente al cuerpo para habitar el cuerpo y estar mas en el sentir que en el pensar.

Nadie te está pidiendo que dejes de pensar. Pero si que te invitamos a observar tus pensamientos y empezar a discernir lo que dolor de lo que es sufrimiento. Puedes activar tu observador interior y tomar conciencia de la naturaleza de tu sufrimiento. 

A partir de ahí, el dolor se siente. Duele. Es incómodo, es cierto, pero tal como vino, se va. Su naturaleza siempre es pasajera y efímera.

Consejos útiles si estás en Duelo y Estrategias de Afrontamiento

Lo primero que te vamos a decir siempre es que empieces por buscar ayuda de un buen profesional de enfoque humanista. Por supuesto nosotros te ofrecemos nuestros servicios para el manejo del dolor en los duelos. 

Para desarrollar la capacidad de sostener el dolor de forma sana y consciente te recomendamos prácticas de auto-observación como meditación o mindfulness.

Además, con la meditación desarrollas la capacidad no solo de observar los pensamientos si no también de desidentificarte de ellos. Es decir, de desapegarte de ellos. De dejarlos ir.

Estamos hablando de desarrollar la capacidad de dejar de sufrir. Ni más ni menos.

También pueden ser utilidad cualquier actividad que te ayude a sensibilizar tu cuerpo y estar presente en él. Ya sea deporte, yoga, danza, etc. Alguna actividad que te ayuda a reconectar con tu cuerpo.

Poder abrazar y mirar de frente ese dolor forma parte del camino de evolutivo. Una vez que hemos cultivado esta capacidad podemos aprender a mirar el dolor sin sufrir y empezamos a apreciar en realidad el amor profundo que late detrás de cada pérdida. De cada despedida.

Sostener con desapego

Existe un dolor natural que tiene sentido, que nos engrandece y nos empuja a crecer que nos depura y nos hace más humanos.

Si el dolor viene hacia ti, no luches contra él, no te resistas. No le tengas miedo. Solo es amor.

Lo sostienes en tu abrazo compasivo y no lo retienes, lo dejas libre para que se vaya cuando ya halla cumplido su función y decida marcharse. Tu solo ábrete y deja que todo suceda. No tienes que hacer nada.

El dolor es como un huésped. Como un invitado que llega a pasar la noche a tu casa y tu única función es servirle una cama y una comida caliente para que pueda seguir su camino al día siguiente. No retienes a tu huésped. No lo secuestras. lo dejas marchar cuando el quiere. 

El dolor siempre se va a ir si has sido su anfitrión. Pero si te resistes a darle un espacio posiblemente se quede a la espera de que le abras la puerta tarde o temprano y pueda por fin descansar e irse. 

Comunícate

El duelo es inevitable pero tremendamente individual, así que ¿cuáles son las mejores estrategias para sobrellevarlo?

– Hablar de cómo te sientes: Con el médico, con amigos, con tus padres, encuentra a alguien con quien hablar y expresar sus sentimientos en palabras.

En caso de lutos es muy reparador escribirle una carta de despedida o hablar con la persona que se murió a través de una fotografía… 

Ten claro que hay luz al final del túnel, llega un momento en que el dolor se vuelve manejable, puedes vivir con él y deja de ser el protagonista.

Despídete a tu manera

En cualquier caso, se trata de no pasar de puntillas por encima del duelo, como queriendo librarse de el, Si no que se trata de vivirlo plenamente, en presencia y de forma consciente.

Otro ejercicio que puede ser de utilidad por ejemplo para un luto o un cambio de ciclo, es realizar un pequeño ritual a modo simbólico. Esto apuntala la fase de transición y da pie a la salida del duelo. 

Cualquier cosa simbólica puede ser un ritual de despedida.. una vela, un poema, etc.. 

Desde hace siglos la humanidad se ha apoyado en ritos funerarios, de enlace y de cambio de ciclo y esos ritos juegan un papel determinante a nivel simbólico para que el inconsciente realice su proceso de readaptación.

¿Cómo puedo sobrevivir a un proceso de duelo?

  • Reconocer la pérdida: decirnos a nosotros mismos que esto es algo que ha sucedido, que somos lo bastante fuertes y que vamos a sobrevivir. 
  • Dejar fluir el dolor: no negarlo ni anestesiarlo, sino experimentarlo.  
  • Otorgarnos el tiempo suficiente para curar nuestras heridas. 
  • Saber que el proceso de curación tiene sus altos y sus bajos. 
  • Hacer ejercicio, dormir bien, y no forzar ninguna actividad. 
  • Marcarnos un horario: estructurar el exterior mientras el interior todavía sigue atormentado. 
  • Postergar las decisiones importantes. 
  • Buscar y aceptar el consuelo y el apoyo de los demás. 
  • Rodearnos de cosas vivas: plantas, animales… 
  • Apertura a lo desconocido: descubrir una nueva vida
  • Organizarnos para los fines de semana y las fiestas, evitando así encontrarnos demasiado solos en estos días. 
  • Recordar que seguiremos mostrándonos vulnerables durante meses e incluso durante años. 

Principio de la impermanencia

Incluso el ciclo del sufrimiento tiene un final. ¡Todo cambia! Esto supone en realidad una nueva esperanza de felicidad. La simple comprensión de que la vida es un duelo constante. Si hay algo claro en la vida es que todo cambia sin parar. como decía Heráclito.. “Todo cambia, nada permanece.”

Una vez que hemos aceptado la nueva realidad (una muerte, una ruptura de una relación, un cambio de trabajo o de residencia, etc) y nos hemos abierto a sostener responsablemente el dolor que le acompaña, una frase que ayuda mucho y que te puedes decir a ti mismo/a en un duelo es: “Esto también pasará”.

Cuando el dolor llame a tu puerta: Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza, porque son la naturaleza misma de las cosas.

¿Cuándo Buscar Ayuda en el Duelo?

Existen una serie de señales y síntomas que indican la necesidad de buscar ayuda profesional durante el duelo. Entre ellas las más comunes son:

  • Insomnio
  • Pérdida de apetito
  • Agotamiento
  • Falta de concentración
  • Emotividad desbordada
  • Recuerdos persistentes
  • Desamparo y soledad
  • Depresión persistente
  • Culpa o vergüenza
  • Sueños persistentes
  • Auto-abandono
  • Miedo y temor constante
  • Ira y problemas de carácter
  • Altibajos y pensamientos y emociones contradictorias
  • Síndrome de abstinencia (en relaciones donde había dependencia emocional)

Si alguno de estos es tu caso y te ves reflejad@, antes de nada has de saber que lo que te pasa es de lo mas normal y que no se trata de que te alarmes. Al contrario, te invitamos a que te armes de paciencia y amabilidad contigo. Quizás tengas que hacerte aliad@ de la incertidumbre durante una temporada, pero solo has de confiar y recordar el principio de la impermanencia.

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La vida es un constante proceso de cambio y crecimiento donde el dolor es parte fundamental del proceso.

La auténtica sabiduría se basa en la capacidad de sostener el dolor amorosamente, responsablemente y con un grado de apertura suficiente como para ver la historia de amor de cada relato.

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«La felicidad consiste en tomar con alegría lo que la vida nos da y soltar con la misma alegría lo que la vida nos quita

San Agustín

Hoy puede ser un día para admirar la belleza de la imperfección. Para dejar ir lo que se va. Para dejar que nuestro ser fluya por el sendero de menor resistencia. Para abrazar lo que muere con confianza y compasión.

José María Doria

En mitad del invierno, finalmente aprendí que había en mí un verano invencible”.

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El único y verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en tener nuevos ojos”.

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